Control
El control es un instrumento que permite verificar las demás etapas de la gestión de un proyecto (planeación, ejecución, evaluación) y es indispensable porque permite anticiparse a las eventualidades y revitalizar el desempeño de los procesos. Esta etapa ayuda a determinar cuáles han sido los avances desarrollados en el proyecto y de esta manera implementar acciones correctivas que ayuden a alcanzar los objetivos planteados.
Un control oportuno y eficaz según González, J. A., Solís, R., & Alcudia, C. (2010, citando a Solís et al., 2009) "permite detectar en forma temprana desviaciones en la ejecución, analizar los hechos y planear las medidas alternativas que permitan encauzar las metas en la ejecución del proyecto, cerrando de esta forma el ciclo de la administración"; es decir, el control es una etapa de incesante trabajo debido a que por medio de ella se monitorea constantemente el producto para verificar que lo planeado cumpla con los parámetros de calidad.
Hay tres tipos de control según Londoño Monroy, G. (2014, citando a Cabrera, E., s.f.) y son:
- Control preliminar: es aquel se realiza antes de efectuar las actividades y sirve para que las actividades sean formalizadas según lo programado.
- Control concurrente: se hace durante la ejecución de actividades con la finalidad de asegurar que las operaciones vayan de acuerdo a lo planteado.
- Control de retroalimentación: se hace después de la ejecución de las actividades y sirve comparar los resultados obtenidos con lo que se había proyectado.

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